Conectar con tu socio ideal.

04.08.2017

Los negocios se basan en la transmisión de ideas a los demás de una personalidad a otra.

Aprender a identificar y a motivar los distintos tipos de personalidad dominante en los demás te permitirá comunicar tu mensaje de modo más eficaz, a asociarte con tu media naranja para cerrar la unión perfecta.

Según su aspecto dominante, hay cuatro tipos de personas: soñadoras (las que tienen las ideas), analistas (se aseguran de que las ideas funcionen), convincentes (consiguen que las ideas sean apreciadas) y controladoras (garantizan que el trabajo se cumplirá).


Los soñadores tienden a ser reservados. Son capaces de ver las cosas desde ángulos distintos y estarán más cómodos en una profesión creativa. Un soñador es un visionario que extrae opciones e ideas del aire y les da forma. No se rinde y lo intenta una y otra vez. Dale campo libre y respeta su espacio personal.
Los analistas son precavidos e introspectivos, y suelen ser buenos ingenieros.
Son críticos y precisos, y exigen que las cosas se hagan bien. Para entenderse con ellos, hay que fijarse en los detalles, ser organizativo y ceñirse a los hechos. Se sienten más a gusto siguiendo instrucciones y procedimientos lógicos.
Los convincentes son más extrovertidos y sociales, y pueden ser buenos vendedores. Son comunicadores amenos y persuasivos, y anhelan el reconocimiento. Conviértelos en el centro de atención, respóndelos con entusiasmo y deja los detalles por escrito para que no se pierdan por el camino.
Los controladores son francos y seguros por naturaleza, y son aptos para dirigir equipos. Son competidores valientes orientados a resultados y seguros de sí mismos. Ofréceles opciones y alternativas escondiendo la que quieres entre ellas, infórmales de que entiendes y aprecias lo que saben hacer mejor y no les hagas perder tiempo.

Conocer los puntos fuertes y las flaquezas de nuestros socios o compañeros de trabajo nos permite encontrar aliados que compensan nuestras debilidades y pueden dar resultados magníficos, pero para eso también debes conocer tu propia personalidad. Para saberlo y, al mismo tiempo, averiguar cuáles son tus flaquezas, hazte las siguientes preguntas:
¿Te origina indecisión tu capacidad de ver las cosas desde muchos ángulos distintos? ¿Tu necesidad de espacio y tu descuido físico causan primeras impresiones equivocadas? Eres soñador.
¿Tu perfeccionismo te impide aprovechar oportunidades? ¿Eres exageradamente crítico? ¿Ahuyentas a los demás porque les pareces frío y distante? Eres analista.
¿Tienes tantas ganas de ser ameno que exageras? ¿Hablas tanto que en tu discurso no se distingue la información útil? ¿Te cuesta concentrarte? Eres convincente.
¿Estás tan seguro de ti mismo que cada vez escuchas menos? ¿Tu impaciencia te convierte en alguien discutidor y testarudo? ¿Merma esa impaciencia tu capacidad de procesar las reacciones? Eres controlador.

Conocer tu personalidad dominante te ayudará a encontrar tu estilo.

Fuente: Convence en 90 segundos por Nicholas Boothman

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