La felicidad no es un destino, es la actitud con la que se viaja por la vida

La vida pasa sin detenerse y cada instante que vivimos merece que sea positivo. A veces no te sientes bien y te sientes perdido pero puedes marcarte una guía que enderece esos malos sentimientos para ser plenamente feliz.

1. Encuentra formas de divertirte. Aprende a hacer algo nuevo, haz tiempo para hobbies, preserva recuerdos felices.
2. Actúa de la manera en que desearías sentirte. Si te sientes enojado, actúa amable. Si te sientes cansado, actúa como si tuvieras energía. Si te sientes tímido, actúa amistosamente. Realmente funciona.
3. Deshazte de las cosas que te hacen sentir molesto, enojado o culpable. Haz esa cita para hacerte un chequeo de cáncer de piel, llama a tu abuela, reemplaza una bombilla, limpia un armario, responde un email difícil, deja de regañar.
4. Siempre que sea posible, conéctate con otras personas. Déjate ver. Haz planes. Únete a un grupo. Ve a una fiesta. Ayuda a alguien. Los filósofos y los científicos están de acuerdo: una estrecha relación con otras personas tal vez sea la clave para una vida feliz.
5. No expreses la cólera. Expresar el enojo por molestias menores y efímeras sólo amplifica los sentimientos negativos, mientras que, muchas veces, no expresarlo permite disiparlo.
6. Finge hasta que lo sientas. Los sentimientos acompañan a las acciones. Si estás abatido, puedes actuar como si estuvieras alegre, y descubrirás que de verdad te sientes más feliz.. Esta estrategia es misteriosamente efectiva.
7. Cualquier cosa que valga la pena hacer, vale la pena hacerla aunque la hagas mal. Los desafíos y las novedades son elementos clave de la felicidad. El cerebro es estimulado por la sorpresa, y lidiar exitosamente con una situación inesperada proporciona una poderosa sensación de satisfacción. La gente que hace cosas nuevas (aprender un juego, viajar a lugares que no conoce) es más feliz que la gente que se apega a actividades conocidas que ya hace bien.
8. Hay cosas que elegimos para darnos un gusto que no son buenas para nosotros. El placer dura un minuto, pero luego los sentimientos de culpa y las consecuencias negativas, profundizan la pesadumbre del día. Piénsalo dos veces y analiza verdaderamente si eso mejorará las cosas.
9. Compra algo de felicidad. Se puede gastar dinero para estar en contacto con familiares y amigos, para mantener la salud, para trabajar con mayor eficiencia, para eliminar fuentes de conflicto marital, para apoyar causas importantes, y para tener experiencias enriquecedoras.
10. Una abundancia de opciones te fuerza a dedicar tiempo y esfuerzo en las decisiones y eso genera preocupación sobre la mejor elección creando estrés. Sé simple y elige lo que necesitas sin sentirte culpable de si es la mejor opción que existe.

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